problemas
de la Multiculturalidad en México
Sabemos que al
hablar de multiculturalidad nos referimos a la convivencia social dentro de un
mismo territorio, en la cual existe una indiferencia entre distintas culturas,
sin existir la igualdad, solo una coexistencia, pero pueden surgir problemas.
México es un país multicultural, pues en él conviven un poco
más de 70 culturas diferentes y cada una de éstas desarrolla, crea y recrea sus
conocimientos utilizando su propio idioma, todas las culturas merecen
respeto y son dignas de equidad. Pero hasta ahora hemos sido incapaces de
establecer las estructuras y las instituciones políticas, económicas y
jurídicas que garanticen el ejercicio del derecho de los diversos pueblos de
nuestro país a sobrevivir y a desarrollarse en la forma en que autónomamente
decidan sus miembros, a elegir cómo mantener o cómo cambiar sus formas de vida,
a participar efectivamente en la decisión sobre el uso y destino de los
recursos materiales de los territorios donde viven, y a participar activamente
en la construcción de la nación mexicana. Éste es el problema de la multiculturalidad en
México.
Por otro
lado, el multiculturalismo mexicano
pareciera estar basado en una serie de políticas paternalistas que garanticen
la perpetuidad de sus minorías étnicas a partir de la conservación e
inmutabilidad de sus tradiciones, artesanías y lenguas.
De esta
manera, este tipo de políticas limitaría la realización de los individuos en
las comunidades indígenas pues se les adjudica un lugar de “pieza de museo” en
la que se reprueba cualquier transformación cultural en su vestimenta, lengua o
intereses. Buscando el ideal perpetuo de la conservación intacta de sus
culturas.
Desafortunadamente,
esto implicaría limitar a las comunidades la posibilidad de cambiar
libremente sus elementos “tradicionales” por tecnologías que faciliten sus
vidas
Para resolver estas problemáticas, se necesita que la sociedad política
reconozca en pie de igualdad a todos los pueblos que forman parte del país, y
que se lleve a cabo una reforma estructural de manera que se establezcan nuevas
relaciones sociales, económicas, políticas y culturales entre pueblos, entre
regiones y entre ellos y el Estado. Pero es necesario asegurar la preservación de la identidad colectiva de los pueblos, así como la satisfacción de las necesidades básicas de sus miembros, las cuales deben ser determinadas por ellos mismos. Pues las necesidades básicas están mediadas culturalmente, y la pertenencia a un pueblo bien puede ser una de esas necesidades para quienes han nacido y crecido en su seno. Aunque al mismo tiempo hay que insistir que se trata de un derecho y no de una obligación. Nadie puede obligar a nadie a permanecer dentro de un pueblo si no es por su propia voluntad.
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